FÚTBOL FENÓMENO DE MASAS

Masa (Del lat. Massa); “Gran conjunto de gente que por su número puede influir en la marcha de los acontecimientos”

Fenómeno (Del lat. Phaenomĕnon); “Toda manifestación que se hace presente a la consciencia de un sujeto y aparece como objeto de su percepción”. Diccionario de la Real Academia Española
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POR: LCDO. OCTAVIO HUERTA TORRES

“En la vida anímica individual aparece integrado siempre, efectivamente, < el otro >, como modelo, objeto, auxiliar o adversario, y de este modo la psicología individual es al mismo tiempo y desde un principio psicología social, en un sentido amplio pero plenamente justificado” FREUD.

Al hacer referencia, a que es en un auxiliar del sujeto, surge como evidencia los primeros años de vida. Es fácil observar como desde el nacimiento el ser humano depende de otro para sobrevivir, generalmente esta función es ejercida por la madre. Yendo aún más allá, a partir del psicoanálisis sabemos que es este otro quien libidinisa al individuo convirtiéndolo en sujeto deseante. 

En años posteriores, el niño/a buscará identificarse con < el otro >, este proceso de identificación es definido por Freud como: “…la manifestación más temprana de un enlace afectivo a otra persona…Podemos, pues, decir que hace de su padre su ideal” FREUD . Luego de la identificación sobreviene la elección de un objeto de amor. Objeto hacia el cual, el sujeto pueda catetixar su libido.

Si nos remontándonos a la antigüedad, al mito del “héroe” podríamos entender, en cierta medida, la relación del sujeto con la colectividad. Dentro de la familia primitiva son los hijos, adversarios, quienes matan a su padre distinguiéndose uno sólo como el representante de ese homicidio y emergiendo del grupo con un carácter de héroe. Único sujeto que a partir de ese momento será el líder de aquella horda primitiva. Con esto se pretende enfatizar, como a raíz de un colectivo emerge el comportamiento del sujeto.

Como vemos a lo largo del ciclo vital; juega un rol trascendental en la concepción del sujeto, y tanto la psicología individual como la colectiva se van entretejiendo en este recorrido. Dado que el analizar consiste en estudiar un todo cualquiera, en sus diversas partes componentes, en busca de una síntesis o comprensión o de sus razón de ser, al lo largo del presente trabajo se analizará al sujeto perteneciente a la masa, como componente esencial de la misma.

Hay algo que une a la masa, que la solidifica, haciendo que todos sus integrantes liberen su inconsciente, porque el individuo en masa expande los límites de su yo. Es decir, baja sus defensas, constituyéndose la masa en un solo ser que alberga a cada miembro. Dentro de la masa el sujeto se identifica con otros, se contagia de la locura, la pasión, el desenfreno todo en relación a un yo ideal. Ahí donde se transfiere la libido hay dependencia, fascinación, idealización, idolatría, etc. Este arder fático es explicado por Freud en su artículo Psicología de las masas y el análisis del yo, los lazos afectivos son los que unen a cada miembro de la masa. “Actúa aquí, innegablemente, algo como una obsesión, que impulsa al individuo a imitar a los demás y a conservarse en tono con ellos. Cuando más groseras y elementales son las emociones, más probabilidades presentan de propagarse de este modo en una masa” . Encontramos entonces en la masa lo que se conoce como doble identificación; horizontal con sus pares y vertical su líder u objeto.

Como podemos apreciar, el presente trabajo incluye además, como ejemplo, el tema del fútbol; más precisamente de la hinchada del Barcelona como un fenómeno de masas.

En este punto quisiera parafrasear al autor Peter Pericles Trifonas en su libro titulado: “Humberto Eco y el fútbol”, y es que las prosaicas nimiedades de la vida común no suelen ser objeto de estudio por parte de los llamados “intelectuales serios”, quienes buscan establecer razones para trazar una línea divisoria entre la vida académica y la vida cotidiana. Por nuestra parte consideramos que basta con observar la abrumadora influencia de un partido de fútbol, en el estado de ánimo de sus seguidores, para darle a este tema un espacio de reflexión. 

Relacionemos, pues, la fanaticada de un equipo de fútbol, un domingo por la tarde, con lo mencionado hasta ahora. Lo que une a todos estos sujetos, por una parte, es sin duda la pasión por el equipo, en este caso; el amor al “Ídolo del astillero”. Pero además, cada miembro de este colectivo, en un nivel inconsciente, esta relacionado libidinalmente con sus pares. Esta unión es fortalecida por el hecho de que este Ídolo: ex-siste, esta por fuera de su alcance, mientras por su parte sus seguidores co-existen, se unen para idolatrarlo. La identificación que se produce entre estos sujetos, es también reforzada por el hecho de que comparten un rival; la hinchada del equipo adversario. “por eso, en el sentido de Lacan, la transferencia no es un fenómeno individual, sino colectivo, de masas, dónde un vasto número de sujetos están sostenido por el mismo SsS, siendo el ldeal el lugar de la enunciación, que puede ser de dos modos distintos: 1) oposición entre "nosotros" y "ellos", que intensifica la alienación subjetiva al Idea ; o 2) enunciar interpretaciones, que disocia al grupo y reenvía a cada miembro a la propia soledad de su relación con el Ideal” FREUD. 

(El individuo inmerso en la masa pasa a ser, quizás, más sujeto que nunca).

Surge una hipótesis; los aficionados al fútbol se contentan con contemplar a aquellos jugadores que los representan a ellos mismos, o mejor dicho, representan su deseo de jugar al fútbol profesionalmente y alcanzar la gloria. Tal vez el objeto -fútbol- ha venido a ocupar el lugar del yo ideal. Cabe suponer, a partir de esta conjetura que ante el triunfo del equipo, (lograr ser mejor que los otros), sobreviene el acercamiento de cada miembro de la fanaticada, hacia su yo ideal. Al existir esta aparente complitud entre el sujeto y lo que aspira inconscientemente de sí, se eleva el estado anímico haciendo que se sienta “excelente” por un tiempo, hasta reencontrase con su propia realidad, la misma que actuará, como ente regulador. Algunos pretenderán alargar este espejismo de felicidad por el mayor tiempo posible y una de las formas más corrientes de lograrlo es con la ayuda de bebidas alcohólicas. En estado de embriaguez continúan las satisfacciones sustitutivas y las celebraciones carnavalescas. 

La importancia del fútbol en la sociedad podría desarrollar su rol primordial, en la medida en que permite a los sujetos liberarse de ciertas represiones que permanecen latentes, a pesar que esta misma idealización es una forma de reprimir lo que en realidad se desea, este fenómeno puede representar un mecanismo de defensa maduro. Es decir, podría considerarse el fútbol como un objeto de liberación psíquica, de cierta parte del inconsciente, en un entorno que ofrece una realidad momentánea y ficticia. Haciendo un símil un poco extravagante, retomando las palabras de Humberto Eco; sería, como, cuando los más necesitados llevan a sus hijos a ver tomar helado a los ricos. 

Ahora, también es cierto que el colectivo a su vez es susceptible al caos o la angustia grupal. Hecho que se ha presentado en diversos momentos en que la afición desbordada por su inconsciente (pulsión de muerte) ha realizado en actos masivos de violencia. Por eso la importancia de ver al fútbol como lo que es; un juego. La identificación puede llegar a ser tan fuerte tanto vertical como horizontalmente; que la identidad difusa, de por sí presente en el fanático, puede convertirse en nula y la masa volverse incontrolable. Tal como sucedió en Bélgica en la "Tragedia de Heysel” , donde en un estadio de fútbol murieron 39 personas como consecuencia de la violencia entre aficiones.

“... Observad a los que os rodean... Los oiréis hablar en fórmulas taxativas sobre sí mismos, y sobre su contorno, lo cual indicaría que poseen ideas sobre todo ello. Pero si analizáis someramente esas ideas notaréis que no reflejan ni mucho ni poco la realidad a que parecen referirse, y si ahondáis más en el análisis, hallaréis que ni siquiera pretenden ajustarse a tal realidad. Todo lo contrario: el individuo trata con ellas de interceptar su propia visión de lo real, de su vida misma. Porque la vida es por lo pronto un caos donde uno está perdido. El hombre lo sospecha: pero le aterra encontrarse cara a cara con esa terrible realidad, y procura ocultarla con un telón fantasmagórico, donde todo está muy claro. Le trae sin cuidado que sus “ideas” no sean verdaderas; las emplea como trincheras para defenderse de su vida, como aspavientos para ahuyentar la realidad” .

Dado el punto al que nos ha llevado el presente trabajo, considero pertinente concluirlo citando una hipérbole del autor Umberto Eco, con relación al fútbol y el fenómeno de masas: 

“Se puede ocupar una catedral y sólo habrá algún obispo que proteste, algunos católicos conmocionados, un grupo de disidentes favorable, la izquierda que será indulgente y los laicos históricos (en el fondo) felices. Se puede ocupar la sede central de un partido, y los demás partidos, más o menos solidarios, pensarán que se lo merece. Pero si alguien ocupase un estadio, aparte de las reacciones inmediatas que esto provocaría, nadie sería solidario: la Iglesia, la Izquierda, la Derecha, el Estado, la Magistratura, los Chinos, la Liga por el Divorcio y los Anarcosindicalistas, todos pondrían al criminal en la picota ”Ortega y Gasset José, “ La rebelión de las masas”