Respaldados por datos estadísticos sobre el curso de estos trastornos en adolescentes, nos encontramos, por ejemplo, con un estudio específico sobre la evolución de los trastornos de la personalidad en estos pacientes. “El Toronto Adolescent Longitudinal Study realizado en el año 1990 por Korenblum y otros, aplicado a 640 individuos, expone lo siguiente; el individuo que recibía un diagnóstico de trastorno de la personalidad borderline a los 13 años podía recibir dos diagnósticos diferentes en el espacio de los cinco años sucesivos”[1]. Sin embargo, se debe analizar que aunque este trastorno evolucione durante el tiempo, esto no justificaría su omisión diagnóstica, dado que el tratamiento a tempranas edades pudiese evitar, en estos pacientes, una vida cargada de conflictos.
Además, “La mayoría de los investigadores consideran que existe una continuidad de la alteración limítrofe hacia la vida adulta…describe fallas crónicas en juicio de la realidad y en las relaciones objetales que prevalecen de manera silenciosa en todo momento en estos niños y continúan hasta convertirlos en “adultos raros”. Weil (1953) describe la misma progresión…M.S Mahler (1971), O. Kernberg (1975), Kestembaum (1983), también apoyan esta tesis.”[2]
El diagnóstico de trastornos de la personalidad límite en adolescentes debería ser considerado con precaución, puesto que en tempranas edades la personalidad aún no ha terminado de establecerse completamente, por lo que etiquetar a un paciente con un diagnóstico definitorio podría considerarse iatrogénico. Con el fin de evitar esta arbitrariedad, autores como el psicoterapeuta italiano Luigui Cancrini, refieren la posibilidad, siguiendo los estudios del psicoanalista Otto Kernberg, de hacer referencia a un “funcionamiento borderline”. Este concepto permite reflexionar el comportamiento límite desde la concepción de baja tolerancia a la frustración ante estímulos ambientales que conllevan al uso de defensas primitivas. Permitiendo, a su vez, el tratamiento terapéutico de este funcionamiento desadaptativo, colaborando a la integración del yo en una edad en la que aún es posible realizar ciertas rectificaciones, que permitan un mejoramiento en la vida del paciente.
Comentarios
Publicar un comentario