sábado, julio 16, 2011

Los cuentos de hadas-Huerta

Guayaquil

Los cuentos de hadas brindan una posibilidad a los niños de expresar sus ideas, pensamientos, deseos, verdades y en general todo lo que oculta su inconsciente. Bruno Bettelheim sostiene en su libro Psicoanálisis de los cuentos de hadas que la tarea más importante en la educación de un niño es la de ayudarle a encontrar sentido a la vida y a comprenderse mejor él mismo y a los demás a fin de lograr satisfactorias relaciones llenas de significado.

Considerando que la niñez es una etapa en la cuál se sufren diferentes cambios, partiendo desde el psicoanálisis, surge la duda de si se podría utilizar a los cuentos de hadas como una herramienta que le permita al niño identificarse con alguno de los personajes de un cuento; y mediante esta proyección llegar a un mejor entendimiento inconsciente de su mundo interior. Ayudándole de este modo a sobrellevar estas etapas cruciales en su desarrollo.




Parece pertinente, para un mejor entendimiento de lo que son los cuentos de hadas, diferenciarlo de las fábulas y los mitos. La fábula posee un carácter netamente moral. En el transcurso de la narración se dice  al niño cuál es el camino correcto que debe  seguir. El cuento de hadas es menos directivo y le otorga al niño la posibilidad de elegir que camino desea tomar, él mismo se coloca en la historia como lo considere sin que su posición sea juzgada como buena o mala. Por su parte, los mitos y los cuentos de hadas se diferencian en que el mito se presenta a un héroe sobrehumano como ejemplo a seguir. Además el mito  posee un carácter esencialmente negativo.

Tanto en las fábulas como en los mitos; las fábulas desde lo moral y los mitos a partir de la figura de dioses, parecen exigir algo, puntualizando de esta forma su mensaje inconsciente hacia el super yo.  En el caso del mito parece que nunca podemos satisfacer las exigencias que imponen los dioses (aunque el héroe dentro de la mitología ignore que cedió a los impulsos de su ello, sufrirá horriblemente por eso). 

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El pesimismo de los mitos no podía ser mejor ejemplificado que en la tragedia de Edipo, tan representativa del análisis freudiano. Dónde no importa la disolución del complejo, ya que nunca se sale “bien” sino lo menos mal posible. Se debe de tener en cuenta que para el niño resultaría difícil entender el significado de un mito, viéndose envuelto en el negativismo de este, sin encontrar una salida.  En cambio, los cuento de hadas no le exigen nada al niño más allá de sus posibilidades, éste no se ve obligado a emular un personaje mitológico que se presenta como una figura inalcanzable dentro de la narración.

En general, los cuentos de hadas han sido una necesidad del hombre a través de los tiempos, podemos hablar de un psicodrama en donde las figuras arquetipales ayudan al hombre en su necesidad de entenderse a sí mismo. Lograr cosas que solo alcanzaría en sueños. Empero, los sueños son realizaciones de los deseos que están a menudo disfrazados, por su parte en los cuentos de hadas estos mismos deseos se expresan abiertamente, aunque en un mundo imaginario. Mientras que en los sueños las pulsiones internas se manifiestan distorsionadas e ilegibles, debido que no han encontrado alivio en el mundo real, en el cuento de hadas se proyecta el alivio de las pulsiones y se llega a una solución feliz.




“El cuento de hadas es el resultado del contenido común consciente e inconsciente una vez modificado por la mente consciente, no de una persona en particular, sino por el consenso de muchas, en cuanto a lo que, según ellas, son problemas humanos universales y a lo que aceptan como soluciones deseables.” (Bettelheim, 43). A partir de esta cita podemos entender porque los cuentos de hadas han logrado mantenerse de generación en generación, ya que forman parte de los deseos inconscientes del común de las personas.


Las teorías psicoanalíticas se refieren primordialmente, al desarrollo emocional del niño, pero han puesto poca atención en los aspectos cognoscitivos del desarrollo comportamental del niño.
Freud llamó psicosexuales a sus etapas de desarrollo en las que asigna un papel preponderante a los instintos sexuales en la formación y desarrollo de la sexualidad, para él el mejor camino para entender el significado de la sexualidad, particularmente en la infancia y en la niñez, es compararla con placeres sensuales mediante los cuales la pulsión libera su energía.

El desarrollo de la personalidad consiste en el desenvolvimiento o despliegue de los instintos sexuales. Al principio esos instintos se encuentran focalizados en distintas zonas erógenas, dependiendo de la edad del niño, zonas del cuerpo que se vuelven focos de placer sexual. Freud definió sus etapas: oral, anal, fálica, latencia y genital. El ideal es que en esta última etapa la pulsión se descargue en el acto sexual maduro.


El primer año y medio es la etapa oral, de los 18 meses a los tres años aproximadamente es la etapa anal, de los tres a los cinco-seis años es la etapa fálica; de los seis a los 12 años es el período de latencia. Por último, en la pubertad el niño alcanza la etapa genital que continua hasta la edad adulta.

Con el fin de entender el desarrollo cognoscitivo en la niñez. Expondremos lo estudiado por Piaget. Este autor, describe el desarrollo del pensamiento del niño dividiéndolo en las siguientes etapas: niñez temprana, de dos a siete años y niñez tardía, de siete a once años. Si bien es cierto, Piaget nos habla que el niño logra tener un pensamiento más lógico en la niñez tardía, resalta el carácter animista, simbólico de esta etapa y señala que no ha desarrollado todavía plenamente el pensamiento abstracto. Piaget al referirse a la función simbólica nos dice que el niño lo representa de tres maneras: mediante la imitación diferida; que es la imitación de una acción observada después de que ha pasado en el tiempo. El juego simbólico; cuando los niños toman un objeto para simbolizar algo más y el lenguaje; un tipo de símbolo que busca la unidad del mundo simbólico creado por él. En cuanto al lenguaje, en la niñez se tanto temprana como intermedia, se siguen cometiendo errores gramaticales lo que los conduce a interpreten mal las oraciones complejas. Dado esto los adultos no pueden llegar a pretender que con una explicación lógicamente estructurada, basada en la realidad concreta, el pequeño entenderá exactamente lo que el adulto desea transmitirle.

Luego de comprender mejor el funcionamiento de los niños desde dos perspectivas diferentes, continuaremos el desarrollo del presente trabajo desde una orientación mayormente psicoanalítica. Considerando el desarrollo psicosexual del niño vemos como la niñez es un periodo de conflictos internos, como Freud lo menciona. Si ante estos conflictos el padre trata de dar una solución consciente, probablemente no conseguirá mucho. Lo único que estuviera haciendo, es plantar esa información en el conciente del niño que por más cierta que sea, no pasará a niveles más profundos y significativos para la resolución de los diversos conflictos inconscientes del niño.

Siguiendo el discurso lacaniano se dice que para “la cura” hay que seguir a la cadena de significantes, y en este proceso, permitirle al sujeto encontrar un sentido a su mal-estar. Recordemos que en estas etapas, el niño busca satisfacer sus deseos, impulsos, instintos, a mismo tiempo que en él, recaen estrictamente las reglas, las normas, leyes impuestas (el super yo).  Esto para muchos niños es difícil de tolerar. Aunque los padres intenten llegar a sus hijos a través de medios válidos como la comunicación, la comprensión y la buena voluntad, no logran entender la problemática de los pequeños.

 En la niñez surgen muchos cuestionamientos; ¿qué es bueno y qué es malo?, ¿quién soy?, ¿soy bueno o malo?, ¿Me quieren mis padres?, entre otros. Los cuentos de hadas surgen como una posibilidad. Una opción que bien puede o no tomar el niño como medio para la resolución de sus conflictos. Siguiendo a Lacan podríamos plantar que mediante la narración de un cuento, estaríamos prestando significantes al niño, al prestarle estos significantes el niño podría tomar su historia personal y adaptarla con mucha imaginación al cuento. Hallándose en este proceso con un sin número de simbolismos, todo esto enmarcado, a la vez, por un carácter lúdico predominante en estas edades.


 Tomando como referencia el artículo de la pérdida de la realidad en la neurosis y la psicosis de Freud podemos entender como el neurótico se engaña a sí mismo para no ver la realidad y crea una fantasía lo que sucede en los cuentos de hadas en los que los niños se proyectan e identifican con los personajes de los cuentos. Al igual que los síntomas representan solución de compromiso y están envueltos en disfraz para poder salir a la realidad concreta, síntoma es fantasía del hecho real. Síntoma es condensación y desplazamiento porque por un lado simboliza todo lo reprimido en el pasado y se desplaza dependiendo de la estructura del sujeto hacia somatizaciones o pensamientos. Otra forma es mediante los sueños que debe ser simbolizado condensado y adaptado mediante un sin número de elementos ilógicos para poder salir. Al referir al cuento de hada creamos una fantasía en el que el niño puede identificarse con cualquiera de los personajes envuelto en el cuento de hada y permitir de esta forma catetizar su pulsión en objetos imaginarios donde cede la represión.

Retomando lo expuesto en la introducción, lo ideal seria que el cuento de hadas no se leído sino mas bien contado uno de los padres. Esto le da un valor agregado al cuento. Dentro de la narración del adulto sin duda se encontraran proyectados también los propios sentimientos del padre. Aunque el padre posea sus propias limitaciones representadas en su forma de narrar el cuento. El niño encontrara en esos momentos un vínculo de entendimiento de ciertas emociones de su padre. Este espacio en el que ambos estarán envueltos creara lazos afectivos importantes en el desarrollo de un niño.


De lo expuesto hasta ahora señalaremos que, para que un cuento atraiga la atención de un niño, éste debe ser divertido y además le debe causar curiosidad. Para enriquecerlo la historia debería estimular su imaginación, ayudarle a desarrollar su inteligencia, esclarecer sus emociones, y ayudarlo a reconocer sus dificultades sugiriéndole las soluciones a los problemas que lo inquietan, fomentando su confianza en si mismo y en su futuro.
Los cuentos aportan importantes mensajes tanto a nivel consciente como inconsciente. Al hacer referencia a los problemas humanos universales, estas historias hablan a un pequeño yo en formación y estimulan su desarrollo, mientras que al mismo tiempo lo liberan de sus pulsiones inconscientes.

Muchos padres están convencidos de que los niños deberían conocer únicamente el lado bueno de las cosas, para evitarles sufrimientos o preocupaciones tempranas. Sin embargo, los cuentos de hadas les transmiten, que la lucha contra las serias dificultades de la vida es inevitable, y que si uno no huye y se enfrenta a las privaciones inesperadas y a menudo injustas, puede llegar a dominar todos los obstáculos.
Los cuentos de hadas suelen plantear, de modo breve y conciso, un problema existencial. La maldad está siempre presente igual que la bondad, pero nunca en una sola persona sino en dos personajes diferentes. En los cuentos de hadas el malo siempre pierde, de modo que la convicción que se transmite es que el crimen no resuelve nada y de esta manera es una persuasión mucho más efectiva que la enseñanza de normas morales.
El héroe es la figura más atractiva que favorece la identificación e imprimen en el niño las huellas de la moralidad con más fuerza que cualquier enseñanza.



Los personajes de los cuentos de hadas no son ambivalentes, es decir que no son buenos y malos al mismo tiempo, como somos todos en realidad.
Cenicienta es buena y las hermanastras son malas, ella es hermosa y las otras son feas, ella es trabajadora y las demás perezosas.
Esta particularidad ayuda al niño a comprender más fácilmente la diferencia entre ambos caracteres.
Las ambigüedades no deberían plantearse hasta que no se haya establecido una personalidad relativamente firme.
De acuerdo a lo que antecede resulta interesante tener en cuenta la importancia que puede tener en los niños la oportunidad de conocer los antiguos cuentos de hadas que no todos tuvimos la oportunidad de conocer en el momento adecuado.




“Los cuentos de hadas nos hablan en el lenguaje de los símbolos, representando el contenido inconsciente. Su atractivo se dirige a nuestra mente, consciente e inconsciente a la vez (ello, yo y superyó) y también a nuestras necesidades de ideales del yo.”


Elaborado por:  Vanessa Dueñas y Psic. Octavio Huerta

1 comentario:

  1. Katherine Valdiviezo
    Psic 101

    El tema de los cuentos de hadas me parece muy interesante, en si no tenia conocimiento que fueran tan importantes en el desarrollo del niño, ha decir verdad esos también influyen en la imaginación del niño, yo fui criada con todo tipos de cuentos, y debido a esto cambiaba mi forma de ver el las cosas, como el articulo menciona, aprendí a ver lo bueno y malo, y también que no todo lo bueno, en si es bueno, también tiene algo de maldad, al igual de la maldad tiene algo de bondad, es la equivalencia de ambas energías en la vida, como el yin yang, gracias a esto también aprendí innumerables mensajes y reflexiones que cambiaron mi forma de pensar, eso es lo una de las cualidades mas importantes que los niños adquieren al leer los cuentos.

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