Ir al contenido principal

El perfil: Un asesino


Visita a la Penitenciaría del Litoral 




 
POR: LCDO. OCTAVIO HUERTA - RAÚL CHÁVEZ


Abril, año 2009 hora: 15h14

Desde la Psicología y el psicoanálisis, algunos textos abordan la problemática de la criminalidad, en general se aduce que el comportamiento criminal, en especial el asesinato, está ligado a una estructura psíquica perversa. El término perversión, indicativo de una desviación de la norma, no dice mucho respecto al origen, al contexto o a la naturaleza del proceso en acto. El concepto de perversión es ambiguo y criticable desde muchos aspectos, especialmente porque a lo largo del tiempo impedimentos morales o normativos han caracterizado cada vez más su definición.

Sin duda alguna, tanto el término perversión, como su causa o comportamientos asociados a este cuadro, generan opiniones divididas en los propios estudiosos de este campo. Asociado al ámbito de la desviación sexual, la perversión; mediante el sadismo, podría dar un avance más allá del mutuo acuerdo entre los participantes de un acto sexual, volverse trasgresor e incurrir en el delito público. Tal es el caso de la violación, ¿pero se podría asesinar por placer?

Nuestro interés por entender, un poco más, sobre el funcionamiento de la mente de un asesino, nos llevó a realizar varias visitas en la cárcel. Dejando de lado nuestros propios temores, con el objetivo de acercarnos a la psiquis perversa. A continuación presentamos este caso, sin antes mencionar que algunos datos, sobre el sujeto abordado, serán omitidos con la finalidad de preservar su identidad.

Llamaremos a este sujeto Byron, lleva seis años en la penitenciaría. Se ofreció a dar su testimonio en el pabellón de prisioneros que sufren algún tipo de enfermedad. Esto debido a que Byron es positivo en VIH /SIDA por lo que está recluido en esa sección. De unos veinte y cinco años de edad, de apariencia delgada, rostro inocente y casi siempre risueño se mostró desde un inicio colaborador. Por otro lado, su cuidado personal era deplorable se lo notaba sucio y descuidado. De su boca emanaba un olor desagradable, por una parte producto de su enfermedad. Con los hombros siempre recogidos, a medida que avanzaba el diálogo nos revelaba como llegó a la cárcel.

“…aparentaba que trabajaba en los días, pero en verdad vagaba. En las noches hacía travesuras, me gustaba andar jodiendo con peladas y salir con la gente. Eso es lo que me gustó en las calles, lo que se llama LA VIDA FÁCIL, todo es chévere todo es fácil, encontramos cosas buenas”. Byron

Nos cuenta que ahora está pagando lo que hizo, dice arrepentirse de haber asesinado a aquel sujeto por el que hoy se encuentra preso. Todo sucedió porque ese hombre llegó a vivir a su casa, era amante de su madre. Al principio todo pasó con relativa calma, hasta que la idea de que aquel individuo podía abusar de su pequeña hija de ocho años, comenzó a rondar en su mente. El miedo a que esto sucediera le hizo planear conjuntamente con su hermano mayor el asesinato de este hombre.



El modus operandi parecía ser siempre el mismo, dado que al preguntarle si alguna otra vez había asesinado a alguien, contestó que sí; que hasta había perdido la cuenta. Habría matado, aproximadamente, a unas veinte y dos personas. Siempre hombres que él consideraba que eran malos y que lo merecían. A excepción de algunos cuantos a los que asesinó por dinero.
Volviendo al modo de asesinar, nos fue relatado de una peculiar manera, nos dijo: “…yo cuando he matado lo he hecho así como ahorita, conversando como lo estoy haciendo con ustedes en este lugar… Eso sí, tomando unos tragos hasta que la víctima este borracho y ahí si lo apuñalo”. Nos dice que el siempre tiene todo pensado de ante mano y que, él nunca ha salido herido. Todo lo cuenta con mucha tranquilidad. Manifiesta que una vez que apuñala una vez, siente un deseo enorme de seguir asiéndolo repetidas veces.

Al preguntarle sobre su familia nos relata que su padre lo abandonó cuando era pequeño. Que su madre y su padrastro fueron quienes lo criaron. Su padrastro solía encadenarlo en la cama y golpearlo incesantemente. Dice que ama mucho a su madre, al preguntarle que hacía ella cuando su padrastro lo golpeaba brutalmente, contestó; “ella era bravísima, venía después y me seguía pegando”.

Dado el corto espacio para la exposición de este extenso testimonio. Quisiera rescatar brevemente ciertos aspectos teóricos, referentes al caso. La mente de este sujeto pareciera dejar de lado la realidad contextual para encerrarse en una realidad psíquica muy cercana a la de la psicosis. Algunos autores como de la línea poskleiniana, señalan a la perversión como un camino de tránsito que muchas veces termina en la psicosis. Esto se entendería si notamos como la mente del sujeto, le dice, que sus víctimas son potenciales agresores. Existe a su vez una pobre diferenciación entre lo que es bueno y malo, dado que Byron piensa en su psiquis que esas personas merecían morir. No discrimina entre delirio y realidad.

Pero aquí juega otro importante papel, el aspecto del placer de asesinar. Evidentemente existe una compulsión hacía el placer sin límites. Como sabemos el perverso goza del sufrimiento de su víctima y de la excitación que le causa el ponerse en un lugar de poder, con respecto al otro. El perverso goza de pensar en que el otro disfruta al sufrir, y siente su placer como propio. A la vez que el hecho de infringir dolor lo eleva a una posición superior donde es; castigador de castigado, verdugo despiadado.

Es interesante como si seguimos este enfoque, el asesinato por odio se encuentra apartado de la estructura perversa. Juega, entonces, un papel preponderante la excitación pervertida, el deseo de placer sin límites llegando inclusive en el máximo éxtasis a asesinar. En este punto, la perversión se podría juntar con la drogodependencia, un adicto siempre quiere más, para llegar a niveles más avanzados de placer. El asesino perverso, una vez que mata encuentra un placer psíquico tan poderoso que parecería no tener más censura. Es por ende, es comprensible, en cierta forma, el asesinato insaciable de veintidós víctimas y la compulsión del apuñalamiento.



Seguramente el aspecto familiar en la vida de Byron, fomentó la estructuración de su mente. Varias investigaciones muestran que los niños golpeados en su infancia, tiene un alto grado de probabilidad de repetir las conductas de sus padres en edades adultas. Considerando estos datos, algunos psicólogos consideran que: “todo asesino viene de un hogar disfuncional, pero no todo hogar disfuncional genera un asesino”.

“…ya solo me quedan dos años aquí en la cárcel, yo soy amigo de todo el mundo... lo que importa es la conducta. Yo me porto bien me relaciono con todos aquí, así me bajan la pena dependiendo de mi comportamiento...” Byron.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Análisis: Psicopatología Janis Joplin

Guayaquil Janis Joplin fue una cantante de Rock muy famosa en los Estados Unidos en la década de los setenta. Considerada como la primera mujer que destacó en este género, Joplin consiguió ser una líder de muchos jóvenes que admiraban su música y su estilo de vida. A pesar de vivir siempre al límite, Janis lograba llenar los escenarios donde daba conciertos a miles de personas. En su vida era muy inestable, tenía problemas con el alcohol y drogas. Pasaba ciclos cortos de depresión y luego momentos de gran euforia, estos últimos en especial cunado daba sus conciertos. Joplin tenía una relación sentimental a la que buscó aferrase por todos los medios, en una época de su vida pero que fracaso debido, en parte, a sus arranques frenéticos. La cantante disfrutaba de su sexualidad al extremo, como todo en su vida, solía tener relaciones sexuales con varias personas que acababa de conocer o gustaba de hacer orgías. Ella decía “nada que cause tanto placer, debe ser malo”....

Psicoterapia Ciclo de empatía

Primera fase: el paciente expresa un sentimiento específico. Existen procesos que pueden obstaculizarlo, por ejemplo, defensas conscientes e inconscientes pueden bloquear su expresión. Segunda fase: reconocimiento por parte del terapeuta de los sentimientos expresados por el paciente. Esta fase puede fallar debido a las resistencias que posea el propio terapeuta. Resulta útil para realizar una mejor entrevista que el terapeuta se tome un tiempo, antes de la sesión, para reflexionar   preguntándose que sentimientos están presentes antes de encontrarse con el paciente. Escuchar procurando intentando sentir el mundo del paciente. Sin juzgar. Utilizar un pensamiento analítico para poder imaginar experiencias internas del paciente (proyección creativa). Tercera fase: terapeuta activo verbalmente, realiza intervenciones empáticas. Estas intervenciones pueden ser básicas y/o complejas. Las intervenciones empáticas básicas funcionan bien con pacientes desconfiados o paran...